WE'RE NOT IN WONDERLAND ANYMORE, ALICE.

viernes, 3 de octubre de 2014

Recapitulando me doy cuenta que cumplí algunos sueños simples y mundanos. A menudo reparo en ello y me siento orgullosa, más bien tranquila, de no haberme perdido la oportunidad de llevarlos a cabo, de haber tenido la suerte. Suena como si fueran más grandes de lo que son... pequeñas estupideces de gente estúpida disconforme de sí. Eso es lo que son. Y es por eso que pese a alegrarme, me disgusto, ya que son aquellos tan estúpidos, y los hago tan significantes. Es que, en realidad, más que sueños eran necesidades de un alma pobre y perturbada; traumas históricos, aparentemente inocuos, buscando superarse.
Siempre intenté verme con una mirada externa, y siempre me vi de manera superficial, la más minimalístamente estúpida de las miradas, y siempre me resultó fundamental. Por tal efecto, es que la mirada de los demás siempre me volvió distorsionada, como si me desenvolviera en un eterno trance donde cada accionar de ellos, sirviera para desencadenar un efecto en mi mente que convirtiera la realidad en otra cosa, aveces, no tan diferente de sí misma, pero siempre prejuiciosa, paranoide y superficial.
¿Y qué hago con ello? 7, 8, tal vez 10 años después sigo sobrevolando sobre las mismas irrelevancias. Y serán 15, 20, 30 años luego, tal vez, y quizás yo siga allí (aquí), planeando sobre algo más nefasto que la nada, porque bien, la nada no es ni nefasta, no es nada. ¿Y cuán grave es el asunto? Probablemente muy poco. Después de todo nada de esto me tiene mal. Sólo que lo único grave aquí, son tres cosas: aún no terminar de aceptar mi condición de extravagante superficialidad y exageración, o decidir extirparla; continuar dándole importancia a mi proyecto de persona en lugar de ocuparme de su construcción espontánea misma; y tres: seguir creyendo que por no encontrar mucho nuevo para ver, para (de)mostrar(me), sigo en el mismo lugar. Ah, y una cosa más: al parecer le doy una gran importancia a las fotos, sí. Generan una especie de noción de movimiento histórico, actúan a modo de banda temporal. Necesito de ellas. Tal vez deba dejar de darles tanto poder, no se cuán bueno sea eso, o si en algún momento de la vida, drásticamente, se transformen en fuente recurrente e inevitable de angustias y ansiedad (más de lo que ya). Aunque de otra manera, quizás ayuden. Sí. En cierta forma ayudan... a construir más momentos, en base a otros; para ensamblar las tres caras del tiempo, mientras exista(mos en) el tiempo... sí. Debería sacar más.