viernes, 31 de enero de 2014
Para reflexionar: No sos tan piola como pensás, siempre existen pobres idiotas que te adulen (lo cuál a lo sumo te convierte en la inspiración de un par de pobres wannabe, nada más que eso), siempre existe ALGUIEN que crea que sos un pelotudo (y muchas veces, con razón). Criticar siempre lo que los otros idiotas hacen, por más acertado que estés, te convierte en un idiota criticón, no sos piola por eso ni estás más allá, mucho menos estás siquiera medio escalón más arriba que nadie. Si cerrás el orto un poquito más seguido de lo que lo abrís, te vas a pisar menos y probablemente tu grado de idiotés se reduzca ALGO. Menos odio, menos actitud de infeliz superado, menos fijarse en la estupidés del otro para sentirte menos estúpido. Más meditación, más relajación y un poco más de esclarecimiento en los objetivos. Siempre se puede dejar de ser tan idiota. Y tan mediocre.