Tirarte en la cama a llorar sin motivos es HERMOSO. No tenés ni la obligación de explicarte a vos misma que mierda te está pasando. Simplemente, te desahogás. No precisás justificaciones, ni el aval de tu edad o situación actual. A la mierda la filosofía, y si por casualidad, sin querer, te pinta psicologearte, boleo en el orto a Freud, Lacan y todos esos. Pero eso sí, llorá tranquila un sábado, un domingo... que no te haga falta mirar la hora, y que nadie esté esperando tu actuación. Drená líquidos y presiones sin culpa, que como digno círculo que es la vida luego llega el lunes, y otra vez empieza la función.