Querida versión elevadísima y superior de mi consciencia (Yo), te pido por mi frágil y vulnerable expresión de existencia terrenal (también Yo). Sé que a veces me caigo, muchas me dejo caer, porque es más fácil así, incluso necesario. Sé que en ocasiones me mezclo con lo externo y me homogenizo con la masa, mucho más de lo necesario por un compromiso politico social. También, asumo que por momentos no me escucho, y hago caso omiso a mis propios pedidos; por eso hoy, te pido, me pido, que me protejas de todo vector de despersonalización; me inmunices ante los misiles tóxicos de los decretos de moda y el bombardeo de la red social; no me dejes caer en la tentación de cambiar mi opinión por el resto, y te antepongas a la estúpida necesidad de tener que encajar.
Nadie encaja en un rompecabezas de piezas iguales.
(ja, este texto abandonado que había escrito en 2019/2020 vuelve a mí en un momento clave. Nice)